Quienes fallezcan en la región Puno por COVID-19, no serán cremados sino enterrados o su féretro irá a un nicho. Esto a pesar que el protocolo internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), contra el coronavirus, recomienda que los cadáveres sean cremados.
Sin embargo, se deberá cumplir ciertos procedimientos de control sanitario para la disposición final de los cuerpos sin vida de las víctimas mortales que pudieran reportarse en la región altiplánica.
El titular de la Dirección Regional de Salud de Puno, Jorge Montesinos, informó que los cadáveres serán encapsulados en una bolsa hermética y colocados en un ataúd desinfectado con lejía diluida.
Explicó que no se aceptará entierros ni velorios como es costumbre. Apenas fallezca la persona, de inmediato se ejecuta el protocolo sanitario establecido y solo una o dos personas podrán ver de lejos el ingreso del cuerpo al nicho o constatar su entierro en suelo.
Quien se encargue del procedimiento será personal preparado el caso. El procedimiento tendrá control estricto para evitar la propagación de la enfermedad.
Montesinos recordó que, en Puno, no hay crematorios y llevar un cadáver a Arequipa o Cusco, donde sí incineran cadáveres, sería propagar el virus y representaría problema de contaminación pública.