En un acto que refleja la indignación y el dolor del pueblo, las rondas campesinas de la provincia de Carabaya protagonizaron una impactante manifestación durante el sepelio de Zarela Peralta Solórzano, joven desaparecida por 22 días en Macusani y hallada sin vida en el lugar de Qaqene.
Israel Quispe Lucaña, su enamorado y principal sospechoso, fue obligado a caminar descalzo, atado con una cuerda y portando un cartel que lo sindicaba como el presunto asesino. Este acto estuvo resguardado por un fuerte cordón de seguridad de las rondas campesinas.
Al mismo tiempo, en la plaza de armas de Macusani, los familiares de Zarela, sumidos en un profundo clima de tristeza, trasladaron sus restos al cementerio local. Durante el cortejo fúnebre, exigieron celeridad en las investigaciones del caso, que consideran un feminicidio, y demandaron que se aplique la máxima pena de cadena perpetua al responsable.
El caso ha generado una ola de conmoción en la población, destacando la importancia de las rondas campesinas como actores clave en la búsqueda de justicia en comunidades rurales. Sin embargo, también ha abierto un debate sobre los límites de sus acciones y el respeto al debido proceso legal.