Rocío Apaza, representante de la Defensoría del Pueblo en Puno, reiteró la importancia de las rondas campesinas como un pilar de justicia comunitaria. No obstante, enfatizó que las acciones llevadas a cabo por estas rondas deben respetar los derechos humanos y no poner en riesgo la integridad física y psicológica de las personas involucradas. Apaza hizo un llamado a mantener un equilibrio entre la disciplina comunitaria y el respeto a la dignidad humana.
Segundo párrafo: La defensora también pidió a las víctimas de posibles abusos presentar denuncias formales para que puedan ser investigadas. Subrayó la responsabilidad de la Defensoría en hacer un seguimiento riguroso a estos casos y lamentó que, en ocasiones, las comisarías no brinden atención adecuada a quienes buscan justicia. Asimismo, exhortó a las autoridades policiales a ser más eficientes y receptivas en la recepción de denuncias relacionadas.
Tercer párrafo: Finalmente, Apaza alertó sobre prácticas disciplinarias que podrían considerarse excesivas, como exponer a las personas al frío extremo o someterlas a ejercicios físicos que comprometan su salud. “Debe haber disciplina, pero sin exceder los límites de lo humano ni poner en riesgo la vida”, recalcó, destacando que las rondas campesinas deben adaptarse a un marco ético que garantice el respeto y la seguridad de todos.