La desaparición de Zarela Peralta Solórzano ha sumido a su familia en un profundo estado de desesperación. A 21 días de su última aparición, el único rastro hallado ha sido una polera rosada encontrada en el río Macusani, la cual fue confirmada como perteneciente a la joven estudiante de enfermería. Este descubrimiento, aunque inquietante, ha motivado aún más a sus seres queridos a intensificar la búsqueda, a pesar de la escasa ayuda policial.
Desde el 2 de abril, la familia de Zarela ha asumido por sí sola la ardua tarea de recorrer la zona en busca de respuestas. La falta de apoyo de las autoridades ha sido un obstáculo que han tenido que sortear organizándose en equipos y cubriendo los costos de la búsqueda con recursos propios. La angustia es constante, pero la esperanza sigue viva en cada uno de sus integrantes, quienes no han cesado en su esfuerzo por encontrarla.
Henry Peralta Solórzano, hermano de Zarela, ha denunciado la inacción de la policía. “La búsqueda la hemos asumido nosotros porque las autoridades no nos han brindado el respaldo necesario”, expresó. En este contexto, la familia ha decidido realizar una pollada pro-fondos el 25 de abril en Macusani, esperando el apoyo de la comunidad para seguir adelante con la búsqueda. Cada contribución es un impulso más para descubrir la verdad sobre la desaparición de la joven.
El caso sigue sin resolverse, y la incertidumbre crece con el pasar de los días. Mientras la familia exige respuestas y una mayor diligencia en la investigación, continúan movilizándose con los medios que tienen a su alcance. La población juega un papel clave en este momento crucial, en el que cualquier ayuda es invaluable para seguir el rastro de Zarela y traerla de vuelta a casa.