La crecida de los ríos Ramis y Nuñoa ha causado estragos en las comunidades afectadas, destruyendo cultivos, viviendas y puentes colgantes esenciales para la comunicación. El colapso del puente Manzanani, cuya estructura quedó inclinada en el río Ramis, ha dejado incomunicadas a varias poblaciones. Mientras tanto, un poste de electricidad derribado ha agravado la situación al interrumpir el servicio en numerosas localidades.
Además, otros puentes como el Sillota y Ñaupapampa enfrentan serios daños estructurales que amenazan con desconectar aún más a las comunidades. Las pérdidas agrícolas también son alarmantes, con cientos de hectáreas de cultivos esenciales destruidas. La vulnerabilidad de las familias afectadas se intensifica ante la falta de servicios básicos y caminos habilitados.
La Municipalidad Distrital de Asillo, en respuesta, ha iniciado inspecciones para documentar los daños junto con la Unidad de Gestión de Riesgo y Desastre. La prioridad ahora recae en gestionar apoyo del Gobierno Regional y Nacional para reconstrucción y asistencia humanitaria.