Naoki Shimizu, el famoso corredor japonés reconocido por su habilidad para dibujar figuras utilizando GPS mientras corre, está a punto de embarcarse en su desafío más ambicioso. El intrépido atleta se propone correr una distancia asombrosa de 3,000 kilómetros con un propósito que va más allá de la mera competencia deportiva: crear un gigantesco geoglifo de una alpaca en el vasto terreno peruano.
Inspirado por la enigmática y ancestral belleza de las Líneas de Nasca, Naoki Shimizu ve su proyecto como una fusión única entre el arte antiguo y la expresión moderna. La elección de una alpaca como motivo no es fortuita, ya que esta criatura tiene profundos significados simbólicos para el país sudamericano, siendo un emblema de su cultura y herencia.
Con la fecha de inicio fijada para el 3 de abril, coincidiendo con el día conmemorativo del inicio de la inmigración japonesa a Perú en 1899, Shimizu se prepara para un viaje de 90 días que lo llevará a través de la imponente Cordillera de los Andes.
Además de su riguroso entrenamiento físico, el atleta está inmerso en el aprendizaje del español para poder comunicarse fluidamente durante su travesía y así honrar plenamente la cultura y la gente del país que lo acoge.
Para Shimizu, sus dibujos con GPS representan la perfecta confluencia entre el running y el arte. Sin embargo, su objetivo trasciende la mera expresión artística y deportiva. Su ambición es promover una cultura de carrera no competitiva y fomentar la unidad entre las personas, derribando fronteras y celebrando las diferencias culturales.
Esta visión de Shimizu se forjó a partir de sus experiencias de infancia en el Reino Unido, un lugar marcado por la diversidad y el deseo de armonía entre las personas. Más allá de ser solo japonés, él se identifica como un ciudadano del mundo, con un propósito que abarca más allá de las fronteras nacionales.
Su viaje no solo será una hazaña física impresionante, sino también un testimonio vivo del poder del amor por la alpaca y la admiración por la cultura peruana.
Se espera que la comunidad global siga de cerca este emocionante viaje de Naoki Shimizu, cuyo legado perdurará más allá de las huellas que dejará en la tierra peruana, extendiéndose como un mensaje de inspiración y unidad para todos aquellos que lo sigan.