La suboficial de segunda Olenka Cabrera, murió el 12 de mayo en Juliaca, durante un operativo policial contra una banda criminal. Inicialmente se informó que falleció en un enfrentamiento con delincuentes. Sin embargo, pericias revelaron que la bala letal provino de un fusil AKM de uso policial, el cual está desaparecido, obstaculizando la investigación.
Cabrera, había sido enviada desde Lima para trabajos de inteligencia contra el crimen organizado. El día de los hechos se intentó capturar a una banda en Juliaca, cuando ella perdió la vida. Las nuevas pruebas contradicen la versión policial sobre su muerte en tiroteo con maleantes, según fuentes policiales.
El AKM desaparecido le había sido asignado a un policía del equipo de Cabrera. Las pesquisas buscan esclarecer si el arma se accionó de forma accidental o intencional, y por qué se hizo desaparecer en lugar de analizarla para determinar lo sucedido.
La PNP ha ofrecido su cooperación en las investigaciones, pero los familiares y organizaciones de derechos humanos piden una indagación imparcial para establecer responsabilidades y evitar la impunidad en este caso, que ha generado conmoción y pedidos de justicia.