Macusani, Provincia de Carabaya, Perú — Juan Vargas Zara, el joven que confesó haber asesinado a su pareja Benita Flores en la comunidad de Altiplano Chia distrito de Ollachea, enfrenta ahora la justicia de las rondas campesinas, este nuevo caso de feminicidio conmocionó a la población y dejó a todos consternados.
Las rondas campesinas, guardianes ancestrales de la justicia en las zonas rurales, decidieron que Juan Vargas debía enfrentar la verdad de sus actos. Lo ataron con una cuerda y lo hicieron cargar el ataúd de su víctima. La procesión sombría recorrió las calles de Macusani, mientras la población observaba con indignación y dolor. El cartel que sostenía decía: “Soy asesino”.
El cuerpo de Benita Flores fue llevado hasta el local de las rondas campesinas. Sus familiares, con los ojos llenos de lágrimas, exigen justicia. La cadena perpetua es la pena que claman para el homicida confeso. Quieren que Juan Vargas Zara pague por su crimen atroz y que nunca más pueda causar daño a otros.
En resumen, Juan Vargas Zara deberá enfrentar un juicio en el que su confesión será uno de los elementos probatorios clave. La justicia determinará su responsabilidad penal en base a las pruebas y el avance de las investigaciones.
El asesino confeso, tras confesar el feminicidio de Benita Flores, podría enfrentar una pena privativa de libertad de 45 años. El delito de feminicidio es considerado uno de los más graves y se castiga con severidad en el sistema penal peruano.