Martin Chambi, 50 años del fallecimiento del fotógrafo de los Andes Centrales

13 de septiembre, se conmemoran 50 años del fallecimiento del fotógrafo de los Andes Centrales, cuya obra fue declarada en el 2019 como Patrimonio Cultural de la Nación por ser el testimonio biológico y étnico de la población peruana.

En el pequeño pueblo de Coaza, Puno, rodeado de casas de adobe y techos de paja, nació el ilustre fotógrafo Martín Jerónimo Chambi Jiménez, un 5 de noviembre de 1891. Integrante del seno de una pareja de campesinos quechuahablantes, Félix Chambi y Fernanda Jiménez, el pequeño Martín y sus dos hermanas: Manuela y Feliciana; ayudaban a sus padres en las labores agrícolas.

Con el correr de los años y algunas complicaciones en la situación económica, el padre de Chambi empezó a trabajar como obrero en la compañía minera inglesa Santo Domingo Mining Company, empresa que se dedicaba a la extracción de oro en Carabaya.

El futuro fotógrafo, en el transcurso de una de las visitas que realizaba a la compañía dónde trabajaba su padre, tuvo una experiencia que lo marcaría para toda su vida: el primer contacto con una cámara fotográfica. A raíz de este encuentro, la historia de la fotografía y la vida de Martín Chambi tendrían un cambio de 360°.

Influencia de la trayectoria de Martín Chambi
A la edad de 17 años, un soñador Martín decide salir de Puno y encaminarse hacia la ciudad de Arequipa, lugar donde la fotografía estaba más desarrollada.

Según Jorge Villacorta, crítico del arte, Martín se encaminó a la ‘Ciudad Blanca’ porque se consideraba la capital de la fotografía en la región sur del Perú, y es aquí donde aprendió los pormenores del oficio, bajo la tutela de su mejor mentor Maximiliano Telésforo Vargas.

El notable maestro fue un fotógrafo arequipeño desde inicios del siglo XX e inventor de la figura del fotógrafo andino sur peruano como artista y empresario. Él influenció mucho en el aprendiz Chambi, ya que de ese modo descubre la técnica y los secretos de la composición y el lenguaje fotográfico, además de diversificar el trabajo de fotógrafo de estudio y de retrato.

Después de cinco años bajo la educación de Maximiliano, Martín continuó su aprendizaje con Carlos y Miguel Vargas, o mejor conocido como los hermanos Vargas, es aquí cuando Chambi se forma con una práctica y técnica particular considerando su arte arequipeño, lugar donde aprendió a retratar paisajes.

Estilo y estética del fotógrafo de los Andes
El legado del artista es inmenso, la identificación y documentación de la sociedad andina que hace el fotógrafo va más allá de una simple visión del registro de una ciudad y épocas particulares. Chambi retrata a un país entero bajo una sola mirada. Como comenta Roberto Huacaya, fotógrafo profesional, el puneño empieza a manejar su propia estética y su propio estilo con una influencia muy marcada que es la arequipeña.

Es así como empieza a manejar mucho más la puesta en escena, juega con las poses, estudia la luz y las sombras logrando tonalidades que van del negro retinto al blanco inmaculado, además empieza a dominar la estética occidental.

En esta etapa, por primera vez los campesinos son protagonistas, Martín se identifica con el indigenismo y a través de sus fotografías hace una revalorización de la raza cobriza, su raza.

La producción del artista peruano viene comprometida con un fuerte contenido social, los personajes que son retratados son presentados con la dignidad y el respeto que se merecen. Muestra de sus obras están: el organista de la capilla de Tinta, el gigante de Llusco, el dirigente campesino Miguel Quispe, Ezequiel Arce sobre su enorme cosecha de papas, la mujer de Queromarca con huso e hijo a cuestas, el niño mendigo, el orgulloso alcalde de Tinta con su familia, los campesinos en el juzgado y más.

La sólida familia de Martín Chambi
En el año 1917, en las calles de la Ciudad Blanca, Martín Chambi conoce a la profesora arequipeña, Manuela López Silva, con quien contraería matrimonio y tendría a sus progenitores: Celia, Víctor, Julia, Manuel, Angélica y Mery.

A pesar de tener una gran trascendencia, decide mudarse a Sicuani, alrededor de dos años. Para el investigador Andrés Garay, una de las razones de esta decisión fue la ambición de Chambi que lo llevaba siempre a buscar su propio camino.

Primer estudio del mago de la máquina fotográfica
Ya en 1920, el artista se establece de manera definitiva en el Cusco, donde retrataba e inmortalizaba cada rincón de Sicuani, entre personajes, paisajes, cultura.

A pesar de que en la ciudad imperial ya existía un centenar de estudios fotográficos, Chambi se estableció poco a poco, y años después abrió su propio estudio fotográfico, primero en la calle Santa Teresa y luego, en la calle Marqués.

Además, en el transcurso de una década, inició la función como corresponsal de las publicaciones limeñas en la revista “Variedades” y el diario “La Crónica”.

A lo largo de ese trabajo, tuvo un importante aporte en las noticias periodísticas, pues en 1925 logró fotografiar al piloto cusqueño Alejandro Velasco Astete cuando sobrevolaba la fortaleza de Sacsayhuaman.

Peculiaridades de Martín Chambi
Según Roberto Huarcaya, fotógrafo profesional, Chambi tenía la versatilidad de cruzar clases sociales y de poder trabajar con la oligarquía y de la misma manera trabajar con el mendigo.

Para esto, Chambi ya había impregnado una documentación sociológica en su fotografía, pero siempre caracterizada por la belleza y el arte. Es por eso que uno de sus trabajos más resaltantes es “El gigante de Chumbivilcas”, o mejor conocido como el gigante de Paruro, apareció en el diario “La Crónica” dónde se contaba la historia de Juan de La Cruz Sihuana, hombre con más de 50 años, que medía 2 metros de altura.

Fin de la era Chambi
El 21 de mayo de 1950 en Cusco se dio un fuerte terremoto que marcó el decaimiento de estudios fotográficos en el Cusco, para esto el maestro Chambi ya había delegado la responsabilidad de su centro a sus hijos. Fueron ellos quiénes formaron una dinastía de fotógrafos y cineastas. Además, a través de exposiciones empezaron a expandir el trabajo de su padre a diversos países.

Con la muerte de su esposa y la existencia de algunas enfermedades que lo menoscababan, la vida del genio de la fotografía se apagó un 13 de septiembre de 1973 en el Cusco, rodeado de sus hijos y nietos.

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