Durante la inauguración de un parque infantil en el distrito de Jesús de Nazareno, el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, se encontró con una reacción inesperada por parte de los ciudadanos. Adjetivos como “ladrón” y “ratero” resonaron en el aire, pronunciados por aquellos que expresaban su indignación tras las declaraciones de la presidenta Dina Boluarte.
La mandataria había afirmado que Oscorima Núñez le prestó los lujosos relojes Rolex que ella lució en diversas actividades. La controversia se desató, y los ayacuchanos no dudaron en manifestar su descontento de manera contundente.
En medio de la multitud, se escuchaba una palabra que se repetía con sarcasmo: “waiky”. Este término, acuñado por la presidenta, se refería al gobernador regional. Los ciudadanos no solo cuestionaban la procedencia de los Rolex, sino que también pedían que les prestara uno.
Sin embargo, Oscorima no se amilanó. En su discurso, reafirmó su compromiso de trabajar incansablemente para mejorar la situación de pobreza en su pueblo. “Digan lo que digan, hablen lo que hablen, hagan lo que hagan, jamás lograrán arrebatar mi sueño de sacar a mi gente de la pobreza. Les aseguro que lo cumpliré, aunque me cueste la vida”, declaró con firmeza.
Esta situación, conocida como el “caso Rolex”, ha generado un fuerte debate en Ayacucho y ha puesto a prueba la integridad del gobernador. A pesar de las críticas y los abucheos, Oscorima se mantiene firme en su objetivo de transformar la realidad de su comunidad.